El ciberactivismo es la nueva metodología de militancia del Siglo XXI. En diferentes países del mundo las sociedades están reformulando los modelos de militancia tradicional a través del uso de las nuevas tecnologías.
El fin es movilizar a otros socialmente mediante nuevos métodos que hasta hace unos años atrás era impensado.
En nuestro país, la cibermilitancia tuvo su estreno oficial durante la protesta contra el campo a lo largo de 2007. El pueblo se reorganizó con un fín específico: el apoyo al campo en contra del Gobierno y su medida 125 que permitía un duro incremento en las retenciones agropecuarias. La gente necesitó de sólo una cosa para organizarse y manifestarse: un teléfono celular. Los mensajes para manifestarse o para realizar "cacerolazos" de protesta comenzaron a enviarse a miles de teléfonos móviles.
El ciberactivismo genera algo que a los políticos los asusta un poco: la ausencia de control sobre la información. Aquí nadie puede controlar el flujo informativo y, teniendo en cuenta que el ambiente político tuvo siempre la posibilidad de hacer un seguimiento y una constante vigilancia de lo que se dice o no, genera un cortociruito en las formas tradicionales de comunicación política.
Lo mismo ocurre con las redes sociales y algunas de las herramientas de la web 2.0 que son vistas con cierta distancia por algunos políticos. Son pocos los políticos o espacios de gestión pública que se animan seriamente a aplicarlas y hay muchos que lo hacen en forma incorrecta (en algún post más adelante hablaré sobre esto) y por una cuestión de moda. Pero no es cuestión de estar porque sí.
Un caso muy particualr es el de los blogs, que son usados de forma "tradicional" como si fuesen espacios rígidos propios de la web 1.0, quitándole la dinámica que debería tener una bitácora.
Pero estos nuevos espacios de manifestación que se generan hay que tomarlos seriamente porque no implica el activismo al estilo tradicional en donde se aliementa de bases partidarias, sino que contagia al no partidario o a quienes nunca se habían manifetsado por alguna causa. Se debe entender que las TICs han generado un nuevo método de protesta en donde participan y se movilizan todos.
La convocatoria por SMS genera una coordinación de la masa social con un fín en común y esto se transforma en inteligencia colectiva.
La utilización de estas herramientas por parte de las personas genera cierta incertidumbre en el ambiente político y la principal causa es porque provoca una total ausencia de control sobre la información que la misma gente genera.
Por eso, la mejor forma de afrontar este cambio -que llegó para quedarse-, es la de generar estrategias inteligentes desde los ámbitos políticos para utilizar las aplicaciones de la web 2.0 a favor y que no se transformen en armas en contra.
A continuación les muestro un video de las movilizaciones que se generaron en España tras el 11-M (marzo de 2004) con los atentados. No fue para menos, las movilizaciones generaron la feroz crítica del pueblo español hacia el Partido Popular (PP) que, en menos de una semana, perdió credibilidad y posteriormente las elecciones presidenciales frente al PSOE.
El fin es movilizar a otros socialmente mediante nuevos métodos que hasta hace unos años atrás era impensado.
En nuestro país, la cibermilitancia tuvo su estreno oficial durante la protesta contra el campo a lo largo de 2007. El pueblo se reorganizó con un fín específico: el apoyo al campo en contra del Gobierno y su medida 125 que permitía un duro incremento en las retenciones agropecuarias. La gente necesitó de sólo una cosa para organizarse y manifestarse: un teléfono celular. Los mensajes para manifestarse o para realizar "cacerolazos" de protesta comenzaron a enviarse a miles de teléfonos móviles.
El ciberactivismo genera algo que a los políticos los asusta un poco: la ausencia de control sobre la información. Aquí nadie puede controlar el flujo informativo y, teniendo en cuenta que el ambiente político tuvo siempre la posibilidad de hacer un seguimiento y una constante vigilancia de lo que se dice o no, genera un cortociruito en las formas tradicionales de comunicación política.
Lo mismo ocurre con las redes sociales y algunas de las herramientas de la web 2.0 que son vistas con cierta distancia por algunos políticos. Son pocos los políticos o espacios de gestión pública que se animan seriamente a aplicarlas y hay muchos que lo hacen en forma incorrecta (en algún post más adelante hablaré sobre esto) y por una cuestión de moda. Pero no es cuestión de estar porque sí.
Un caso muy particualr es el de los blogs, que son usados de forma "tradicional" como si fuesen espacios rígidos propios de la web 1.0, quitándole la dinámica que debería tener una bitácora.
Pero estos nuevos espacios de manifestación que se generan hay que tomarlos seriamente porque no implica el activismo al estilo tradicional en donde se aliementa de bases partidarias, sino que contagia al no partidario o a quienes nunca se habían manifetsado por alguna causa. Se debe entender que las TICs han generado un nuevo método de protesta en donde participan y se movilizan todos.
La convocatoria por SMS genera una coordinación de la masa social con un fín en común y esto se transforma en inteligencia colectiva.
La utilización de estas herramientas por parte de las personas genera cierta incertidumbre en el ambiente político y la principal causa es porque provoca una total ausencia de control sobre la información que la misma gente genera.
Por eso, la mejor forma de afrontar este cambio -que llegó para quedarse-, es la de generar estrategias inteligentes desde los ámbitos políticos para utilizar las aplicaciones de la web 2.0 a favor y que no se transformen en armas en contra.
A continuación les muestro un video de las movilizaciones que se generaron en España tras el 11-M (marzo de 2004) con los atentados. No fue para menos, las movilizaciones generaron la feroz crítica del pueblo español hacia el Partido Popular (PP) que, en menos de una semana, perdió credibilidad y posteriormente las elecciones presidenciales frente al PSOE.
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